jueves, 30 de mayo de 2013

Trabajo práctico sobre Roberto Arlt.

Trabajo práctico sobre Roberto Arlt. Luego de la lectura completa de esta novela elaborar un informe (escrito y oral) a partir de las siguientes consignas:
 • Elaborar una secuencia narrativa con las acciones más importantes.
 • Vincular el título de cada capítulo con el /los contenidos que se reflejan en cada uno.
 • Leer la sinopsis que se encuentra en esta página link y en base a esa explicación dar detalles y ejemplos de cada contenido que aparece (La inmigración, la pobreza, el concepto de trabajo, etc)
. • Analizar la relación entre "libros" y el "saber".
 • Analizar a partir de ejemplos los vínculos de Silvio Astier con las distintas clases sociales.
 • Establecer vínculos temáticos entre "El juguete rabioso" y "El lazarillo de Tormes".
 • Buscar la biografía de Roberto Arlt en la web y comparar qué referencias sobre su historia personal tiene "El juguete rabioso" Armar una conclusión en base a los datos recabados. Trabajo grupal de 2(dos) personas.
 • Luego de la lectura completa de esta novela elaborar un informe (escrito y oral) a partir de las siguientes consignas:
 • Elaborar una secuencia narrativa con las acciones más importantes.
• Vincular el título de cada capítulo con el /los contenidos que se reflejan en cada uno.
• Leer la sinopsis que se encuentra en esta página link y en base a esa explicación dar detalles y ejemplos de cada contenido que aparece (La inmigración, la pobreza, el concepto de trabajo, etc.).
 • Analizar la relación entre "libros" y el "saber".
• Analizar a partir de ejemplos los vínculos de Silvio Astier con las distintas clases sociales.
 • Establecer vínculos temáticos entre "El juguete rabioso" y "El lazarillo de Tormes".
 • Buscar la biografía de Roberto Arlt en la web y comparar qué referencias sobre su historia personal tiene "El juguete rabioso" •
 • Armar una conclusión en base a los datos recabados.
 • Luego de la lectura completa de esta novela elaborar un informe (escrito y oral) a partir de las siguientes consignas:
 • Elaborar una secuencia narrativa con las acciones más importantes.
• Vincular el título de cada capítulo con el /los contenidos que se reflejan en cada uno.
• Leer la sinopsis que se encuentra en esta página link y en base a esa explicación dar detalles y ejemplos de cada contenido que aparece (La inmigración, la pobreza, el concepto de trabajo, etc.).
• Analizar la relación entre "libros" y el "saber".
• Analizar a partir de ejemplos los vínculos de Silvio Astier con las distintas clases sociales.
 • Establecer vínculos temáticos entre "El juguete rabioso" y "El lazarillo de Tormes".
 • Buscar la biografía de Roberto Arlt en la web y comparar qué referencias sobre su historia personal tiene "El juguete rabioso"
• Armar una conclusión en base a los datos recabados.

 La imagen del inmigrante en la literatura argentina entre 1880 y 1910 En la construcción de una memoria común, la literatura -entendida en un sentido amplio- desempeña un papel fundamental. En las tres décadas que van desde 1880 hasta 1910 la polémica sobre el extranjero en la literatura argentina se lleva a cabo no sólo en el ensayo y en el debate público (parlamentario, periodístico o de otro tipo), sino también en los textos de ficción que, en forma un poco menos directa pero igualmente importante, participan en los combates que se libran en el campo de las ideas. Los textos significativos que pueden estudiarse para comprender este proceso pertenecen, en efecto, a géneros discursivos muy diversos: narrativa (cuentos y novelas, editados a menudo en forma de folletín en periódicos de la época), teatro (obras largas y sainetes), textos descriptivos y argumentativos (ensayos, crónicas periodísticas, artículos de opinión y cuadros de costumbres), textos de leyes que reglamentan el estatuto jurídico del extranjero (desde la ley de “Inmigración y Colonización” de 1876 hasta la ley de “Defensa Social”, promulgada en 1910 para proporcionar un instrumento legal que permitiera expulsar al extranjero indeseable en forma expeditiva). La tesis del crisol de razas que se logra gracias a la superación, más o menos trabajosa, de un conflicto inicial entre nativos y extranjeros es la que con mayor frecuencia aparece en el teatro. La gringa de Florencio Sánchez pone frente a frente a una familia de colonos italianos y a una familia criolla. El hijo del gaucho y la hija del inmigrante italiano se enamoran. Su unión, al final de la obra, presagia el nacimiento de una nueva raza. El planteo de Marco Severi apunta en el mismo sentido, pero tiene más que ver con lo político. El protagonista es un inmigrante italiano de ideas progresistas a quien la justicia de su país de origen persigue porque en el pasado, en un momento de desesperación, Severi cometió delito de falsificación con el fin de procurarse el dinero necesario para curar a su madre enferma. La Argentina aparece como un país en que el inmigrante italiano podrá, a pesar de la oposición de algunos, realizar sus sueños: fundar una cooperativa para compartir con sus empleados la propiedad de la empresa en la cual todos -nativos o extranjeros- trabajan codo con codo y en armonía. Hemos resumido las líneas esenciales de los argumentos de ciertas obras representativas de la ficción argentina sobre el inmigrante. Esta coherencia es lo que explica la fuerza de la imagen del extranjero en la ficción argentina y la fuerza de la ficción argentina en el debate sobre la cuestión inmigratoria. Todas las obras de las que hemos hablado se inscriben dentro del realismo. De la historia ejemplar que los personajes inmigrantes viven o padecen se desprenden ciertas significaciones, pero ellas adquieren fuerza de tesis en la medida en que los factores constructivos refuerzan su sentido. En otras palabras: los factores constructivos tienen una clara dimensión ideológica. En la ficción argentina sobre el extranjero los nombres propios en general y los nombres de los extranjeros en particular tienen una importancia capital, ya que el procedimiento que podemos llamar de motivación onomástica se verifica una y otra vez. Dicho en términos muy simples: hay una intencionalidad clara del autor al colocarle, por ejemplo, Victoria y Próspero a los personajes principales de la obra. Y algo similar puede decirse de las diversas imágenes, comparaciones y metáforas empleadas para designar o describir al personaje extranjero en la ficción argentina. Los argumentos a favor o en contra del inmigrante pueden leerse no sólo en las historias narradas o puestas en escena por la literatura argentina, sino también en los factores constructivos con que los escritores levantaron sus edificios narrativos o dramáticos. A través de la lectura de los textos que trataron la cuestión del inmigrante entre 1880 y 1910, el lector de hoy -separado del contexto en el cual estas obras fueron concebidas, publicadas y leídas por todo un siglo de historia y todo un siglo de literatura- puede reconstruir el apasionante debate de un país que, hace apenas cien años, estaba tratando de saber qué era, qué había sido y qué había dejado de ser. Un país que procuraba definir lo que quería, lo que debía o, simplemente, lo que podía ser y hacer. En este nuevo fin de siglo en que pululan xenofobias de toda laya y en que globalización suele rimar con marginación y miseria, rememorar la historia de los extranjeros del pasado y reflexionar sobre ella se vuelve una práctica necesaria. Para desarrollar nuestra tolerancia. Para defender el derecho a la diferencia.

 INMIGRACIÓN DE LA SEDUCCIÓN AL GARROTE (JORGE ALBERTO CÁCERES)

 La inmigración fue el gran fenómeno a partir del cual se opera la transformación socioeconómica argentina a partir de mediados del siglo XIX y es un elemento clave en el enmarañado tema de la identidad nacional. El objeto de estudio que este trabajo propone es una descripción y evaluación crítica del rol desempeñado por el Estado, la clase dirigente y las normas legales relacionadas con la inmigración. Con esta finalidad, se considerarán las siguientes premisas para intentar arribar a alguna conclusión posible:
 • Toda cultura implica necesariamente su propia anticultura.
 • La generación del 80 hizo del "crisol de razas" su lema oficial y el Estado se propuso “construir” a los argentinos.
 • La explicitación por parte de la clase conservadora de un etnocriollismo es la respuesta a la figura “omnipresente” del inmigrante que cuestionaba no solo la hegemonía cultural sino al Poder en todas sus formas.
 • El ser argentino es una creación del Estado difundida por la escuela, la iglesia, la literatura y los medios de comunicación.

 POLÍTICA INMIGRATORIA
 Es factible sostener, a priori, que la ley es un elemento ideológico elaborado por el grupo, los grupos o la clase que detenta el Poder y que mediante su utilización intenta resolver los conflictos a su favor. Ahora bien, la ley se origina en un contexto político, económico, demográfico, institucional determinado, por lo que el marco histórico permite comprender la dimensión jurídica de lo social. Así, toda política pública plantea, por acción u omisión, un modelo de sociedad configurado ideológicamente y cuando se opta por determinadas políticas se está rechazando a otras. Los diversos gobiernos, de la etapa que considera este trabajo, se sirvieron de los flujos migratorios como una variable de ajuste y una forma de instrumentar políticas socioeconómicas acordes a los intereses que representaron. En 1876 -como se dijo- se sancionaba la Ley de Inmigración y Colonización 817, que imaginó como prototipo al inmigrante europeo y se propuso atraerlo y retenerlo; bien intencionada en sus propuestas pero de dificultosa aplicación, que en su primer capítulo fijaba la composición, funciones y atribuciones del Departamento General de Inmigración, sucesor de la Comisión Central. Las comisiones de inmigración instaladas en las capitales de provincia y puertos directos de embarque -cuya creación competía al Poder Ejecutivo- quedaron bajo su jurisdicción. La ley también fijaba (cap. IV) las atribuciones de las oficinas de trabajo, al tiempo que (cap. V) calificaba al inmigrante como "todo jornalero, artesano, industrial, agricultor o profesor, que siendo menor de sesenta años, y acreditando su moralidad y sus aptitudes llegase a la república para establecerse en ella, en buques a vapor o a vela, pagando pasaje de segunda o tercera clase, o teniendo el viaje pagado por cuenta de la Nación, de las provincias o de las empresas particulares, protectoras de la inmigración y la colonización" (art. 12). Determinaba, además, sus derechos y ventajas al ingresar al territorio argentino, siempre que "acreditase suficientemente su conducta y su aptitud para cualquiera industria, arte u oficio útil". En estos casos el Estado lo alojaba y mantenía durante los 5 días posteriores a su desembarco (cap.VIII, art. 45); quien además se hacía cargo de su traslado al lugar del país donde decidiera residir o donde la Oficina de Trabajo le consiguiera empleo (cap. IX, art. 49); también el Estado se ocuparía de su salud en caso de que el inmigrante enfermara. La segunda parte de la ley se dedicaba a reglamentar las condiciones de colonización, que resultaron de difícil aplicación en un país como la Argentina, donde la gran propiedad era su característica ya por esos años y habría de consolidarse en los años de 1880 al concluir la lucha contra el indígena. Pero la creciente conflictividad social que aparece en el horizonte político de los hombres del “progreso indefinido” agita las aguas de la clase gobernante que presenta dos vertientes: una proclive al otorgamiento de reformas políticas y sociales representado por Carlos Pellegrini y Roque Sáenz Peña y otro que sostiene la necesidad de “mano dura” para con aquellos hombres de “mala voluntad que decidieron habitar el suelo argentino”. En 1899 el senador Miguel Cané presenta su tristemente célebre proyecto de ley para expulsar a inmigrantes calificados de agitadores; no es aprobado porque la clase dirigente cree que es imposible que los conflictos sociales que suceden en Europa puedan llegar a repetirse en nuestro país. Sin embargo, en 1902, el presidente Roca exhuma el proyecto de Cané y, en una sesión donde prácticamente no existieron las oposiciones, se aprueba la ley 4.144 llamada Ley de Residencia que, a través de sólo cuatro artículos, facultaba al Poder Ejecutivo a disponer la expulsión de aquel extranjero que “comprometa el orden público y la seguridad nacional o perturbe el orden público”. Esta ley introduce la discrecionalidad absoluta del Poder Ejecutivo en materia migratoria facultándolo para detener y expulsar a inmigrantes y sus decisiones estaban exentas de cualquier revisión y/o decisión judicial. Así nace la legislación obrera argentina: la primera ley no es de protección sino de castigo, como bien señalara Alfredo L. Palacios. La cuestión social desvelaba a amplios sectores de la dirigencia, tanto como la llamada cuestión nacional, y la infinidad de huelgas y actos de represión y violencia que se producen en los comienzos del siglo llevaron al gobierno conservador a imponer la Ley de Defensa Social de 1910. Esta norma, precedida por la declaración de un estado de sitio en toda la República, establecía las penalidades para los “delitos contra el orden social” (Cap. III), destacándose entre ellas la pena de muerte. • Trabajo grupal de 2(dos) personas.

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